De la misma manera es importante el efecto que produce en nuestro cuerpo por medio de la dilatación de las ramificaciones respiratorias, la cual genera una limpieza de las toxinas de los poros y una mejora de la elasticidad del tejido muscular y de las articulaciones.
Para el correcto uso de la sauna, hay que comenzar con una ducha con agua caliente. Luego una vez secado el cuerpo correctamente, ingresamos. Terminamos con una ducha de agua fría, de abajo a arriba. El orden indicado es precisamente primero ducharnos con agua fria las extremidades inferiores (piernas desde abajo hacia arriba), luego extremidades superiores (brazos desde las manos hasta el hombro) y por ultimo la zona del tronco y la cabellera.
Luego de una sesión copleta de sauna seco se recomienda descansar en una zona de relax, la cual esté equipada con reposeras cómodas, para que el cuerpo recupere naturalmente y paso a paso su propia temperatura, para luego seguir con nuestras actividades.