Mejorar la calidad de vida


Se trata de hacer lo posible para mejorar la calidad de vida. Es por eso que todas las actividades físicas que una persona pueda realizar, así como los tratamientos corporales a los que pueda someterse para aliviar sus tensiones, los centros termales a los que pueda concurrir o los servicios de spa que pueda tomar, suelen resultarle beneficiosos. Siempre es bueno un masaje descontracturante, sumergirse en un hidromasaje o realizar una caminata al aire libre. Y por ejemplo, si alguien tiene problemas reumáticos o se encuentra muy estresado y/o contracturado -los dolores en la espalda son los más frecuentes- como consecuencia de las tensiones y de las malas posturas en la oficina, un masaje en un spa parece surtir un efecto diferente al que realiza el mismo kinesiólogo que se paga con la obra social y se toma en un pequeño gabinete rodeado de otras quince camillas. Obviamente, el masaje es el mismo -puede variar la duración-, pero lo que cambia radicalmente es el entorno de relajación.

Al visitar ciertos complejos termales o asistir unos días a un spa, uno ya se predispone bien: el paisaje irradia paz y belleza, el ambiente está preparado con música y velas, hay ricas fragancias, se puede circular por el lugar con bata y ropa cómoda... Todo está preparado para que la experiencia sea placentera. Y hay gente que puede darse esos gustos y mimarse, aun cuando ciertos tratamientos sean costosos.

Es necesario aclarar que no está científicamente comprobado que algunos servicios -como por ejemplo, la chocolaterapia o la fangoterapia- sean efectivos, pero resultan beneficiosos en la medida en que producen sensaciones placenteras y mejoran la calidad de vida. En ese sentido, las prácticas que aflojan las tensiones son terapéuticas, a lo que se suma que las personas se encuentran alejadas del entorno laboral. Pero claro, al volver a la rutina de todos los días, suelen reaparecer los dolores de espalda y las tensiones.

Respecto de las termas, vale aclarar que encierran algunos mitos, como asegurar que perjudican a los hipertensos. Si las personas con presión alta que visitan un complejo termal toman su medicación y siguen la misma dieta que hacen en su casa, no hay problemas. Del mismo modo, los hipotensos pueden marearse al perder agua y sales a través de la transpiración. Pero los lugares serios tienen médicos y un personal encargado de compensar a los pacientes de inmediato. Como el tiempo para permanecer en el agua o en un sauna varía en cada persona, lo mejor es seguir las indicaciones del lugar que impone estándares promedio.



Roberto Fayanás. Director del Programa de Medicina Interna General del Hospital de Clínicas